Estás quedando con alguien, todo va bien, el sexo es bueno, os divertís juntos… pero tras algún que otro chasco amoroso te preguntas si esa persona es buena opción para ti en el futuro. Al menos, sexualmente hablando. Y aunque es imposible saber cómo evolucionará el deseo con el paso de los años, hay una señal clave que permite dilucidar si tu pareja actual será un buen amante para el resto de tu vida (o al menos para unos cuantos años más). Y no es otra cosa que sus besos.
¿Besáis de la misma manera? Esta es la clave

La terapeuta sexual Tracey Cox es clara al respecto: «Un beso es más que un simple beso. Nuestra saliva es como una huella dactilar biológica, ya que contiene todos los mensajes químicos que tu cuerpo necesita para determinar si ambos sois compatibles genéticamente. Si no es así, te lo hará saber, y un beso un tanto extraño es una señal que te enviará», afirma en su columna de Daily Mail. Cox asegura que si no te gusta del todo como besa tu pareja actual, es mejor dejar las cosas aquí, ya que es un indicador clave de que no seréis compatibles íntimamente en el futuro.
«Es un adelanto de lo que está por venir. Si a ti te gustan los mordiscos suaves y lentos y él es más bien una aspiradora en modo turbo, ya estás en problemas. El buen sexo empieza con buenos besos: demuestra que ambos pueden adaptarse al estilo natural del otro. Si vuestros besos fluyen y se adaptan a un ritmo natural, es una clara señal de que el buen sexo durará», afirma. Y no le falta razón.
El beso como indicador
Cox no está errada, pues un beso es una de las formas más sutiles y poderosas que tenemos para evaluar a una posible pareja. De acuerdo con la psicología evolutiva, besar no solo sirve para demostrar cariño, sino que cumple una función biológica clave: nos permite detectar compatibilidad sexual, emocional y hasta genética.
Durante un beso, se produce un intercambio complejo de señales químicas. Y así lo ha demostrado la ciencia. En un influyente estudio liderado por Gordon G. Gallup Jr. y publicado en Evolutionary Psychology, se descubrió que el 59% de los hombres y el 66% de las mujeres confesaron haber perdido el interés romántico por una persona después de un primer beso sin ‘química’. Los investigadores concluyeron que besar puede actuar como un «mecanismo de selección»: un filtro sensorial y químico que permite evaluar de forma inconsciente la compatibilidad biológica y el potencial reproductivo de la otra persona.
Besar puede actuar como un «mecanismo de selección»: un filtro sensorial y químico que permite evaluar de forma inconsciente la compatibilidad biológica y el potencial reproductivo de la otra persona
Una de las claves detrás de esta capacidad de evaluación está en el sistema inmunológico. El beso puede ayudarnos a detectar diferencias en el Complejo Principal de Histocompatibilidad (MHC), que juega un papel fundamental en la respuesta inmune. Diversos estudios, como el conocido T-shirt study de Claus Wedekind, demostraron que las mujeres prefieren el olor de hombres con MHC diferente al suyo, lo que favorece una descendencia más sana. Besar intensifica este tipo de evaluación olfativa, acercándonos lo suficiente para oler y «probar» al otro.
Para las mujeres es esencial

Además, el beso activa una respuesta neuroquímica intensa. Se liberan dopamina, relacionada con el deseo y la motivación; oxitocina, la llamada «hormona del apego», que fomenta la conexión emocional; y serotonina, que regula el estado de ánimo. Esta respuesta puede fortalecer o, por el contrario, debilitar la atracción. Si durante un beso no se genera este cóctel neuroquímico, muchas personas experimentan una sensación de desconexión o desinterés que puede marcar el destino de la relación.
Un estudio complementario publicado en Archives of Sexual Behavior por Wlodarski y Dunbar mostró que besar es más importante para las mujeres que para los hombres al momento de evaluar la relación, especialmente en sus etapas iniciales. Mientras los hombres tienden a ver el beso como una vía hacia el sexo, las mujeres lo utilizan como una estrategia para identificar posibles parejas estables, fiables y comprometidas.
Son fundamentales en una pareja
Al margen de los primeros besos, cabe señalar la importancia que tienen a lo largo de toda la relación. Investigaciones como la de Floyd descubrieron las parejas consolidadas que se besan frecuentemente no solo fortalecen su vínculo afectivo, sino que también reducen el estrés y mejoran indicadores físicos como los niveles de colesterol. Así, el beso no solo es una prueba de compatibilidad en las primeras etapas, sino también un vínculo de mantenimiento emocional y fisiológico a lo largo del tiempo.
Incluso se ha sugerido que los besos apasionados pueden tener un efecto directo sobre la excitación y el deseo. De hecho, los expertos consideran que los besos sirven tanto para iniciar relaciones sexuales como para evaluar y reforzar la conexión de pareja, siendo especialmente importantes durante la ovulación en las mujeres, cuando la selección sexual es más activa.
Así, un beso puede revelar mucho más de lo que imaginamos, pues nos permite —a través del sabor, el olor, la textura y la química— decidir en cuestión de segundos si una persona es biológicamente compatible con nosotros, si nos genera apego o deseo, y si vale la pena continuar invirtiendo emocionalmente en esa conexión. Por eso, cuando un beso no funciona o no nos encanta, puede ser una señal clara de que esa persona no es para nosotros, y viceversa.