Ni vibradores, ni manos… ni hombres. Parece que la mujeres pueden guisárselo ellas solitas en lo que a sexo y orgasmos se refiere únicamente utilizando su cerebro. Y no lo decimos nosotros, sino los expertos y la ciencia.
«¿Es posible tener un orgasmo sin contacto físico? Sí, los cerebros de las mujeres son muy inteligentes. Aunque la mayoría de los orgasmos se activan ‘de abajo hacia arriba’, a través de la estimulación de los genitales, pueden inducirse ‘de arriba hacia abajo’», asegura la experta en sexología Tracey Cox.
Eso sí, la probabilidad de lograrlo depende, en parte, de la imaginación que tenga la mujer en concreto. «Pero también puede ser un acto reflejo: casi todo el mundo ha tenido un ‘sueño húmedo’ (en el que te despiertas con un orgasmo mientras duermes), y no siempre implica frotarse contra la cama (o la pierna de tu pareja) mientras duermes. Asimismo, algunas personas tienen un orgasmo accidentalmente mientras hacen ejercicio», añade la experta en su columna de Daily Mail, quien apunta que «los orgasmos sin contacto tienen más probabilidades de ser activados por sueños, fantasías e imágenes eróticas».
La excitación sexual de la mujer comienza en el cerebro
Después de todo, «la excitación sexual comienza en el cerebro. La excitación mental y emocional de hablar eróticamente con una pareja puede ser suficiente para hacer que algunas mujeres alcancen el clímax, sin ningún contacto físico. Otros pueden tener un orgasmo simplemente pensando en una fantasía», añade Cox.
Todo ello ha sido avalado por diversos estudios. Investigadores de la Universidad de Rutgers han estado estudiando la conexión mente-cuerpo-sexo y han descubierto que parece haber una evidencia documentada de que esto es cierto. La idea de ‘ponerse a pensar’ hasta llegar al orgasmo no es nueva. De hecho, a principios de la década de 1970, el equipo de investigación de Masters y Johnson documentó la estrecha conexión entre la sexualidad y el pensamiento.
«La conexión es particularmente fuerte en las mujeres«, afirma el Dr. Ian Kernerm en CBS. «El cerebro es el órgano sexual más poderoso. A los hombres, añade, les cuesta mucho más alcanzar el clímax sin contacto físico, pero existen casos documentados en mujeres», apunta.
El cerebro es el órgano sexual más poderoso. A los hombres, añade, les cuesta mucho más alcanzar el clímax sin contacto físico, pero existen casos documentados en mujeres.
«Animaría a la gente a intentar usar la respiración, la concentración y la fantasía, pero más para enriquecer su vida sexual y menos como un medio para un fin», dice Kerner.
La ciencia lo ha demostrado: es por la prolactina
Una mujer de 33 años con vaginismo —una afección que provoca dolor durante la penetración, entre otras cosas— se entrenó para tener orgasmos espontáneos usando sólo su mente, según documentó un estudio publicado en Sexual Medicine .
La mujer, tras una década de práctica de yoga tántrico, demostró que no solo podía alcanzar el orgasmo cuando quisiera y solo con la mente, sino que también podía controlar la duración de ese estado de éxtasis durante al menos minutos, tal y como se demostró en el experimento.
Los investigadores pudieron determinar objetivamente que la mujer estaba teniendo un orgasmo gracias a un marcador en la sangre conocido como prolactina. La prolactina es una hormona producida por la glándula pituitaria en el cerebro, que se eleva constantemente en el torrente sanguíneo después del orgasmo. La magnitud de este aumento también coincide con el placer que siente la persona.
Los investigadores llevan décadas estudiando a personas capaces de alcanzar el orgasmo solo con el pensamiento, y es probable que sea algo que se pueda aprender, sobre todo en el caso de las mujeres
Al analizar la sangre de la participante antes y después del ensayo, los investigadores observaron un cambio claro. En este caso, los niveles de prolactina de la mujer se dispararon un 25 % tras 5 minutos de orgasmo sin estimulación genital (NGSO) y un 48% tras 10 minutos de orgasmo sin estimulación genital. Estos niveles eran casi iguales a los de prolactina de la mujer tras un orgasmo genitalmente estimulado (OGE). La lectura, por otro lado, no alteró en absoluto sus niveles de prolactina, recogen desde ScienceAlert.
«Subjetivamente, los orgasmos ‘mentales’ fueron tan placenteros como los producidos por contacto (por ejemplo, los orgasmos del clítoris) y produjeron un conjunto relativamente similar de experiencias sensoriales. Sin embargo—aseguran los autores—, la mujer reportó sentir menos intimidad emocional con los orgasmos que tenía con su mente». En otras palabras, el contacto físico parece añadir un nivel extra de sensibilidad, aunque esto no explica que sea necesariamente mejor.
Como te decíamos, este caso de estudio es ciertamente inusual, aunque no inédito, ya que los investigadores llevan décadas estudiando a personas capaces de alcanzar el orgasmo solo con el pensamiento, y es probable que sea algo que se pueda aprender, sobre todo en el caso de las mujeres, que pueden alcanzar el clímax sin mover apenas un músculo.